Hasta 1989, la selección de Portugal no había conocido la gloria en el fútbol internacional. Su gran tiempo fue en el Mundial de Inglaterra en 1966, donde el gran Eusebio lo llevó al tercer lugar en su debut. Apenas si había ganado un Europeo Sub 19 en 1961. Pero ese verano 89 en Arabia Saudita, el equipo rojo y verde daría la campanada con un título en el Mundial Sub 20 tan inesperado como revolucionario, que le abriría una nueva era de grandeza.
Portugal tampoco tenía gloriosa vida en la categoría juvenil. Sólo había estado en ella diez años antes, en Japón 1979, eliminado por Uruguay en alargue en cuartos de final. Pero en julio de 1988 fue segundo en el Europeo, perdiendo la final con la URSS, coronando una campaña que incluyó empates de visita en Francia y Alemania y éxito contra los galos en la ronda clasificatoria. Así volvía al Mundial, en este caso en Medio Oriente, en el que su comienzo no fue tan de rosa: dos triunfos apretados por la mínima con Checoslovaquia y Nigeria, antes de ser goleado por los locales. Pero con Carlos Queiroz en el banco, lograban llegar a las semifinales al superar a Colombia, otra vez 1 a 0.
De a poco, el goleador Joao Pinto, Fernando y Jorge Couto, Amaral o Helio Sousa eran apellidos menos desconocidos. Otra victoria grande por la menor diferencia sobre el potentísimo Brasil en la media final los colocó ante una situación novedosa: definir un campeonato del mundo.
Eso sucedió el 3 de marzo de 1989 en el majestuoso estadio Rey Fahd de Riyadh, capital saudita. Delante de más de 65.000 personas, los lusos se las veían con otro sensacional, Nigeria, que contaba con una generación de oro subcampeona Sub 17 dos años antes en Canadá. A las Aguilas les habían ganado en la primera fase sólo 1-0, a pesar de contar con dos jugadores más por expulsiones. Y la final sería igual de pareja. Tanto que recién a los 44 minutos, el lateral Abel Silva sacó un espectacular remate de afuera y abrió el marcador. El resultado fue incierto por los ataques nigerianos, hasta que a los 78 un tiro débil de Jorge Couto se le escapó al arquero Amadi y definió el encuentro.
Carlos Queiroz, hoy afamado, entonces ignoto entrenador, comenzaba a labrarse un nombre que luego pasearía por Real Madrid y la misma selección mayor. Lo mismo para sus futbolistas y para el país latino, que continuaría su epopeya en 1991 en su tierra con su segundo Mundial consecutivo. Pero ése de Arabia, 30 años atrás, fue el punto de partida de una real revolución de Portugal.
7º COPA DEL MUNDO SUB 20 DE LA FIFA ARABIA SAUDITA 1989
Final, viernes 3 de marzo de 1989
Portugal 2-0 Nigeria
Goles: Abel 44′, Jorge Couto 78′ (P).
Estadio: Rey Fahd (Riyadh).
Arbitro: Aaron Schmidhuber (Alemania Federal).
POR: Bizarro: Abel, Madeira, Morgado, Valido; Helio Sousa, Filipe, Toze, Amaral; Joao Pinto y Jorge Couto. DT. Carlos Queiroz.
NIG: Amadi; Ohenhen, Balogun, Elijah, Chinedu; Adepoju, Chariti, Nwosu; Onyemachara, Ogaba y Oladimeji. DT. Olatunde Disu.
Cambios: 49′ Osundo por Balogun (N), 78′ Ikeji por Amadi (N), 88′ Paulo Alves por Amaral (P) y 89′ Folha por Joao Pinto (P).
Diego Martín Yamus.
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