La selección de Libia fue en los años 80 protagonista en África, con la Copa de Naciones que hizo y fue segunda de Ghana. Y más en 1985, cuando en brillante campaña estuvo a dos partidos de ir a un Mundial, derrotada por el fuerte Marruecos. Para eso se volvió a preparar con vistas al de Italia en 1990. Pero otra vez no llegó, y no por la pelota.
Ya en 1982, al mismo tiempo de aquella actuación en la CAN, el régimen de Muamar El Gadafi había condicionado al equipo verde y blanco y por eso no se presentó a jugar ante egipto, su vecino del Norte árabe, quedando afuera. En 1988, Libia había dejado atrás la primera ronda con global de 3-2 sobre Burkina Faso y se aprestaba en 1989 a intentar la azaña de llegar por primera vez, en un duro Grupo A con Argelia, Costa de Marfil y Zimbabwe.
El camino lo inició el 8 de enero, perdiendo 0-1 con los marfileños de visita en Abidjan. El 19, el once de Mohamed El Semy, con Fawzi El Issawi como figura, debía recibir a los argelinos. Sin embargo, hubo revuelta en la capital Trípoli y no quiso enfrentar a su rival. La FIFA decidió descalificarlo y de nuevo, Libia fue despojado de su sueño. La injusticia de una dictadura pudo otra vez más que el talento del fútbol.
Diego Martín Yamus.
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