En la temporada 1988/89, por querer innovar el fútbol argentino se hizo más y más difícil de seguir. Tras el brillante campeonato del Independiente de José Omar Pastoriza, los otros 17 clubes (excepto los descendidos) jugaron una Liguilla paralela. Los primeros ocho la propia Liguilla ya clásica, los demás una tal Liguilla Clasificación, una suerte de consuelo cuyo vencedor jugaba contra el de la Liguilla por el segundo lugar argentino en la Copa Libertadores 1990, obtenido finalmente por River Plate.
Sería un qebradero mental intentar explicar y resumir esas dos Liguillas Prelibertadores. El asunto histórico que nos ocupa es que Chaco For Ever también la disputó. El popular club de la provincia de ese nombre, en el castigado Noreste por inundaciones, subió el domingo último a la Primera Nacional tras varios años. Y recordando su pasado encontramos esa gran tarde para su fervorosa afición. Que aquel 3 de junio de 1989 explotó su cancha para recibir nada menos que a Boca en la ida de cuartos de final, derecho que se llevó como campeón de la Primera Nacional 1988/89 en aquella épica victoria sobre Lanús 1-0 en la última fecha.
La capital Resistencia estaba invadida de locales que esperaban su regreso a Primera contra el xeneize, erido al perder el título llevando mucha ventaja al rojo. Fue un trámite parejo, y la gente del «albinegro» cantaba a viva voz el famoso «es un afano, suspéndanlo», cuando el lateral boquense Ivar Stafuza clavó un remate estupendo a los 41 minutos para el triunfo 1 a 0, que después ratificaría en la Bombonera con su 2-1 y el pase a las semifinales de la Liguilla perdida con San Lorenzo de Almagro, posteriormente derrotado por River en octubre en la gran final. Chaco siguió a la Liguilla Clasificación, donde justo se topó con River (perdedor de la primera) que lo goleó 5-1 en Chaco y fue 1-1 de local.
Pero lo importante es competir. Así de rara y de trascendente fue la vuelta de Chaco For Ever (que ya había jugado los viejos Campeonatos Nacionales) a Primera. Y que ahora soñará con volver en la Primera Nacional. Aunque en 1989 tuvo la posibilidad de soñar despierto con estar en medio de una Copa Libertadores.
Así ganaba Boca en Chaco con el zapatazo de Stafuza:
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