Corría mediados de 1988 y la selección de Emiratos Árabes Unidos, hasta entonces absoluta novata, estaba bajo el mando de Carlos Alberto Parreira preparándose para las eliminatorias del Mundial de Italia 90. En ese camino viajó a Brasil a enfrentarse a Fluminense, dirigido por el glorioso Mario Lobo Zagallo. Era un partido amistoso. Pero no.
Inesperadamente, los locales abusaron del juego malintencionado y el encuentro comenzó a descarrilarse. El futbolista Dago cometió acción desleal contra Fahad Mubarak, que se fue con seria contusión en la rodilla, y luego Leomir golpeó feo a otros rivales, lo que irritó al propio Zagallo. Pero todo se descontroló cuando el mediocampista Torres derribó a Nazak sin pelota. El emiratí tomó al brasileño por la camiseta intentando agredirlo pero recibió un golpe de puño en su rostro, lo que derivó en una gresca general entre jugadores y cuerpos técnicos que culminó con otro golpe de puño del preparador físico carioca, Zeca Albuquerque, contra la boca del manager de Emiratos Abdul Rahim Jany. Fue tal el hecho que el noble Zagallo dijo más tarde que sentía «vergüenza de ser brasileño». Lamentable, aunque haya sucedido 32 años atrás.
Fuente: Revista Sólo Fútbol, 1988
Diego Martín Yamus.
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