Escándalos en el fútbol argentino hubo y habrá siempre. Por suerte no todos terminan en violencia. Aunque el Independiente-San Lorenzo de 1963 la tuvo, concluyó de una forma tan curiosa como risueña, igualmente cerca de la vergüenza.
Aquel 24 de Noviembre del 63 en el viejo estadio de Independiente, el local se jugaba el título del campeonato de Primera División con River, al que le llevaba dos puntos esa última fecha. Enfrente estaba el Ciclón, decidido a amargarle la existencia. Y lo comenzó haciendo a los 20 minutos, con gol de un joven Héctor Veira. Pero enseguida apareció de inesperado protagonista el árbitro Manuel Velarde, que permitió el juego fuerte de los de Avellaneda, el cual lesionó a Veira, dejando a San Lorenzo con diez hombres ya que no existían los cambios. Al rato Independiente empató y se puso arriba con un penal dudoso de Raúl Savoy, mientras Velarde no le daba uno al «santo» contra Victorio Casa. Más tarde el rojo siguió pegando y sacó del campo a Roberto Telch y Facundo Páez, lo que el juez validó y además expulsó a Zárate, aprovechando los locales para ampliar la diferencia.
Fue demasiado para los visitantes, que resolvieron una loca forma de protesta, similar a las de hoy: una sentada en el campo de juego, dejando que Independiente marcara más goles hasta ponerse 8 a 1. Y faltando dos minutos, el medio azulgrana Oscar «Coco» Rossi sacó del punto central tras el octavo gol, corrió en dirección a su propio arco y envió un tremendo remate que su arquero Agustín Irusta vio pasar para un 9 a 1 escandaloso, que Independiente festejó como que fue el del título, a pesar del 3-0 más legítimo de River a Argentinos Juniors.
Velarde, por supuesto, no dirigió nunca más. Pero su bochorno quedó en la historia amarga del fútbol argentino, pese a un título y a un show de goles y curiosidades.
Diego Martín Yamus.
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