Tremendo espectáculo dieron los Decanos de América. El clásico más viejo del mundo fuera de Gran Bretaña terminó en una contundente victoria de Peñarol por 2-1 sobre Nacional, en la cancha donde exactamente 121 años atrás se vieron las caras por primera vez, ganando de nuevo el club ferroviario.
Peñarol le dejó una vez más una mancha imposible de borrar a sus rivales históricos. Es que les ganaron en el Gran Parque Central, estadio donde se jugó el primer partido de la historias de los Mundiales por primera vez por Copa Sudamericana.
Sabiendo la trascendencia del encuentro, la directiva del club más popular de Uruguay apeló a la primera camiseta, la del viejo CURCC como se llamaba Peñarol en un principio, allá por 1891.
En la cancha se dio un resultado corto por como jugó Peñarol durante los 90 minutos. Llenos de bríos, energía y mucha hambre de victoria entró el carbonero, que directamente arrolló a Nacional.
Desde el vamos el club mirasol ejerció presión en campo de juego tricolor sin dejarlo reaccionar, ni dando espacios. La propuesta de Larriera era que toquen el balón, que lo escondan y que apelen a jugarlo de manera individual y colectiva, tal como tirar pases fitrados y encontrar espacios para poder encontrar la forma de bombardear al excelente Sergio Rochet.
Justamente, Canobbio, el Facu Torres y adelante Agustín Álvarez, volvieron loco al arquero tricolor, volviéndolo figura por momentos ya que «Chino» sacó balones de gol.
Corujo y Marichal no los podían parar; Ceppellini moviendo los hilos del ataque complementado por un Walter Gargano que fue impasable e imparable.
El «Mota» emuló al «Negro Jefe» Obdulio Varela, mientras que Canobbio se convirtió en una suerte de José Piendibene. Ese Peñarol parecía una selección de viejos tiempos.
Gracias a ese buen juego que supo romper el muro impuesto por Alejandro Cappuccio que mandó una línea de cinco que apostaba al juego a lo largo del campo de juego, pero como estaban parados los defensores manyas, fue imposible llegarles.
Iban dos minutos del agregado antes del descuento Agustín Canobbio, hijo del goleador de Nacional, Osvaldo, recibió una pelota por la derecha, entró al área y se la clavó en un ángulo al Chino Rochet.
Para el segundo tiempo el entrenador bolsilludo mandó a Carballo por Trasante y Cantera por Neves. La actitud cambió pero por unos minutos cuando el Lavandina Bergessio intentó algo frente a Kevin Dawson.
Sin embargo, los «Peña» se afianzaron y volvieron a buscar el arco. Era impresionante lo que tocaron, esas triangulaciones eloquecieron a los tricolores, que se iban desmoralizando con el correr del reloj.
Cappuccio mandó al campo a Andrés D’Alessandro para que haga pesar su experiencia, pero de nada sirvió porque el fondo carbonero si tenía que pegarle de punta y para arriba, lo hacían sin pruritos como le sucedió especialmente a Gary Kagelmacher.
Con el Mono Pereira en la cancha en lugar de Canobbio, Peñarol evitó que los bolsos tengan llegadas por las bandas donde corrían Cándido y Ocampo, además, obligó a que éstos se adelanten.
En el mejor momento de Nacional, donde buscaba con el Lavandina, comenzaron a salirle de contra con Nahuelpán que tenía pocos minutos en el campo, después vino el ingreso del argentino Damián Musto junto al «botija» Valentín Rodríguez Alonso quien se encargó de anotar el parcial 2-0, liquidando la puja.
Ya con el tiempo cumplido Bergessio descontó para un Nacional que deberá ganar en el Campeón del Siglo y por buen saldo.
@lostribuneros