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Un hecho que en un país normal no hubiera ocurrido sucede en Argentina. Tigre en el fútbol femenino arrasó durante la temporada regular que fue interrumpida por la pandemia. Jugaron 18 partidos, ninguna derrota, apenas dos empates y 16 victorias.
Las futbolistas de Raúl «Colo» Maiola anotaron en esos 18 encuentros la friolera de 65 tantos, recibiendo apenas 7.
Aún así quedaron afuera. Sin perder ni siquiera en las semifinales que valieron el ascenso ante San Miguel, se quedaron sin nada.
La indignación es tremenda. Porque la AFA, al atar todo con alambre y tomar decisiones salomónicas en lugar de impartir justicia e imponer respeto, hacen todo mal perjudicando a quien mereció el ascenso desde la primera fecha hasta la interrupción.
Dos partidos jugó Tigre ante San Miguel, ambos fueron empates. En un país como Brasil, al menos, le hubieran otorgado la ventaja deportiva y por ese doble empate, en honor al campañón que hicieron, hubieran sido consideradas ganadoras y ascendidas.
Pero, la realidad es otra. Fueron a los penales y las Truenas, sin desmerecerlas pero que estaban 16 puntos por debajo, se llevaron el triunfo y el ascenso a Primera B.
El daño emocional provocado al equipo dirigido por Maiola no tiene nombre. En este país se premia la «Ley del Mínimo Esfuerzo» y se condena a quien trabaja a consciencia con esmero y respeto. Es un tema de mentalidad, lamentablemente.
@lostribuneros
