La serie «Juego de Caballeros», muy buena

Fútbol en tiempos de cuarentena podría ser el título de esta nota, pero no aunque no estaría mal. El hecho es que gracias a la pandemia de gripe que está azotando al mundo y que está costando miles de vidas a lo largo y ancho del mundo no hay partidos en vivo.

La plataforma Netflix lanzó una serie épica tan buena como recomendable llamada «The English Game» o en español «Juego de Caballeros», que relata la historia de la creación del fútbol profesional en Gran Bretaña allá por 1885.

La mini serie nos lleva al siglo XIX cuando el fútbol era un deporte exclusivamente para millonarios. Bajo la consigna de «Juego de Caballeros», estudiantes y ex estudiantes de la élite inglesa jugaban torneos entre ellos.

Incluso, el presidente de la Football Association (FA) era jugador de uno de los equipos participantes.

El motivo que hace a la serie atrapante es que al llamar a inscripción para jugar un torneo de copa (FA Cup) se encuentran con la sorpresa de que cientos de clubes de todo el país deciden inscribirse, la mayoría de clase obrera.

De ahí se desnuda la grieta, inventada por los ingleses, entre las élites dominantes y la clase obrera. Las diferencias que se reflejan en la película es notable.

Nos muestran los contraste entre un futbolista que trabaja 12 horas y que casi no puede entrenar y un grupo de millonarios que tienen una alimentación más que adecuada, tiempo y lugar para poder entrenar todos los días al mejor nivel de la época. El desprecio existente hacia los que tienen poco o nada es notorio.

Aparecen hechos miserables y otros dignos de aplauso; la gente miserable que se apasiona por el fútbol y comienza a apoyar a sus nuevos héroes, trabajadores de las fábricas.

La pelota de cuero imposible de cabecear, los equipos, los pantalones, las canchas, los zapatos para jugar, las casacas sin números y los arcos sin red y de palo; un jugador de campo que se para frente a la meta y que puede atrapar la pelota con sus manos; los referís de frac y galera, de edad elevada.

El fútbol llevaba casi medio siglo de la separación del rugby pero habían pueblos que no tenían en claro aún el sistema de estrategias, corriendo todos detrás del balón empujando a rivales, y al mejor estilo del «barrio» pegando a diestra y siniestra sin que se sancione falta salvo una fractura o similar.

Es casi como la lucha entre Dios y el Diablo. Uno de los protagonistas tiene un parecido con Leonardo Ponzio, que casualmente es «Millonario» (pero de dinero), y que se vuelve en factor desequilibrante para la historia del fútbol moderno; Fergus Suter era un escocés contratado de manera «clandestina» para jugar en la liga del norte de Inglaterra, cuando el balompié por esa época era amateur. De ahí se produce un cisma que cambiará el rumbo del fútbol moderno.

De acuerdo a un artículo subido a Wikipedia el guionista de la película cometió un error al poner al goleador escocés como futbolista del Blackburn Olympics, protagonista de la historia, cuando verdad jugó en el histórico Blackburn Rovers.

Vale la pena verla.

@lostribuneros

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