La final de la Champions y su historia
La final de la Champions y su historia

La final de la Champions League y su historia

Si bien los que vivimos y trabajamos en Sudamérica estamos más pendientes de lo que sucede en nuestro subcontinente, Europa siempre es un polo de atracción, más con una Liga de Campeones que se ha vuelto casi un Mundial y que este sábado vivirá su final 2025 entre los estupendos París Saint Germain e Inter. Es el gran anzuelo para el futbolero este fin de semana antes de la decisión del Torneo Apertura y por su jerarquía, se la espera y sigue como si fuera de la Copa Libertadores. Pero, además, el legendario certamen cuenta verdaderas fábulas en sus partidos cumbre.

La hoy tan esplendorosa Champions empezó como Copa de Campeones en la temporada 1955/56. Y con su arranque empezó su sinónimo: Real Madrid, que se llevaría las cinco primeras ediciones, al compás de Alfredo Di Stéfano y elenco. Tres de ellas fueron excelsas y de las inolvidables: la inicial ante el Stade Reims francés, que a los diez minutos iba 2-0 y en un rato el ex River y Rial igualaron; en el 62, Hidalgo volvió a adelantar a los galos, más enseguida Marquitos niveló a tres y en el 79, apareció otra vez Rial para el épico 4-3. Similar fue el vuelco en 1958 ante el Milan, que iba dos veces arriba por el uruguayo Schiaffino y el argentino Grillo, pero el once de otro nacional, Luis Carniglia, empató por Di Stéfano y Rial; en el tiempo suplementario, el gran “Paco” Gento marcó el 3-2 triunfal. Y en 1960, no fue heroico, pero sí lujoso el 7-3 que le propinó al Eintracht Frankfurt alemán, que ganaba 1-0 hasta que Di Stéfano (3) y Ferenk Puskas (4 goles) dieron recital en Glasgow, Escocia.

En 1961 y 1962, el Benfica de Eusebio acabó con la saga madridista y ganó dos veces con el húngaro Bela Gutman. Tras derrotar al Barcelona, en el 62 se vio con el aún ballet de Di Stéfano, que se colocó 2-0 por Puskas siendo igualado rápido a dos. A los 38 el magiar desniveló, pero en el complemento Coluna emparejó a tres y en una ráfaga, surgió Eusebio con un doblete y el enorme 5 a 3.

Ya en los 70 vinieron el Ajax neerlandés y el temible Bayern Munich alemán. En 1974, el bávaro jugó la única final repetida de la historia ante el Atlético Madrid. La primera terminó en dramático 1-1 en los últimos cinco del alargue. En el desempate, el base de la Alemania campeona no dejó dudas con un 4-0 con dobletes de Hoeness y Gerd Müller.

Esa doble decisión fue en el estadio Heysel de Bruselas, en Bélgica, que once años después sumó el capítulo más triste a esta bella historia. Antes del Juventus-Liverpool, los aborrecibles “hooligans” ingleses, de lamentable moda entonces, generaron incidentes contra los italianos que derivaron en avalanchas y la muerte de 39 espectadores, aprisionados contra las vallas de contención. La UEFA decidió jugar igual el encuentro por temor a peores hechos y la “Juve” ganó con un inexistente penal marcado por Michel Platini, pero claro que todo fue inmenso dolor ese 29 de mayo. Los clubes de Inglaterra fueron asimismo suspendidos de toda competencia por cinco años.

La edición siguiente fue recordada por algo más agradable. Fue 1986 el tiempo del increíble Steaua rumano, base de esa selección, que se atrevió a tener 0-0 al Barcelona y luego se impuso por tiros desde el punto penal 4 a 2, yendo a jugar la Copa Intercontinental perdida con River. El héroe fue el arquero Ducadam, que atajó los cuatro tiros de los catalanes.

Hasta 1992, el Barsa no podía romper la racha sin levantar el trofeo. Pero ese 20 de mayo en el gran estadio de Wembley, en la primera final de la nueva Champions League, el neerlandés Johan Cruyff (multicampeón con el Ajax de los 70) le dio el gusto, cuando en el tiempo suplementario derrotó a la Sampdoria italiana 1 a 0 con un tiro libre de su compatriota, el fenomenal Ronald Koeman. El diez de ese equipo de ensueño era un talentoso mediocampista joven llamado Josep Guardiola.

A la temporada siguiente el Olympique Marsella tenía todo para darle a Francia su primera}}}” orejona”. Ese 1993 lo logró sobre el mítico Milan de Sacchi 1 a 0. Pero la alegría se fue al suelo cuando se comprobó que arregló un partido de la liga ante el Valenciennes. La UEFA le quitó el título y se lo otorgó al “rossonero”, que así amplió su rico palmarés.

Otro vuelco de novela ocurrió el 26 de mayo de 1999. En el Campk Nou de Barcelona, el Bayern derrotaba al Manchester United desde el minuto seis por Basler. A poco del pitazo final ya paladeaba la gloria, cuando de pronto todo cambió: en el 91 el ingresado Teddy Sheringham empató, y cuando parecía que iban a tiempo extra, otro refresco, el noruego Solskjaer, marcó en el siguiente rato adicional el 2-1 y la gloria para los de Sir Alex Ferguson.

No menos espectacular, probablemente la mejor decisión de la Champions, fue en 2005 en Turquía. El Milan de Ancelotti fue muy superior en el primer tiempo y se puso 3-0 por Paolo Maldini y dos goles de Hernán Crespo. Nadie iba a imaginar que el Liverpool del español Rafael Benítez lo igualaría en sólo seis minutos por Gerrard, Smicer y Xabi Alonso. El 3 a 3 no se quebró hasta la tanda de penales, donde los Reds se impusieron 3 a 2 para una consagración imborrable.

Para los años 2010 regresó Real Madrid y su exitosa saga. Como esa tarde de 2014 en Lisboa donde definía la Liga con su clásico Atlético Madrid. El equipo de Diego Simeone arrancó en ventaja por el uruguayo Godín a los 36 minutos y mantenía con inteligencia el triunfo que le daba su primera europea, cuando al 93 Sergio Ramos cabeceó un córner y su 1-1 llevó la cumbre a la prórroga. Allí los de Ancelotti fueron en alza y Gareth Bale, Marcelo y Cristiano Ronaldo de penal fijaron un impensado 4-1.

En 2020 la pandemia de coronavirus no sólo condicionó el planeta, sino más al fútbol que estuvo sin actividad internacional, y no se sabía qué hacer con los ocho que quedaban en carrera por la Champions. Tras meses de deliberaciones, se decidió que toda la eliminatoria al título fuera en la sede única de Lisboa. Así fue como entre mucha seguridad antiviral, Bayern Munich batió 1 a 0 al duro París Saint Germain y obtuvo una nueva orejona.

Justamente el parisino del español Luis Enrique y el otro grande de Milán, con Simone Inzaghi, seguramente harán otro capítulo de colección de leyendas que es la Champions europea. Que tanto apasiona aún a los sudamericanos.

Diego Martín Yamus.

diegoperiodista93@gmail.com.

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