Japón, la avanzada de Oriente

Décadas atrás era raro escuchar nombrar a Japón en fútbol. El primer país surgido en el mundo era sinónimo de historia, cultura, ultratecnología, vehículos. Otros deportes como las artes marciales llamaban la atención de la isla. Pero de a poco la pelota se hizo rodar y hoy es tan avanzado como su nivel de vida.

Esa historia fue de pequeña a lo importante de hoy. Comenzó de forma modesta en 1917, cuando el Tokio Higher Normal School representó a la nación en los Juegos del Lejano Oriente, donde debutó el 7 de mayo barrido por Filipinas 15- 2 y dos días después por China 5-0. Tres años más tarde se fundó la Asociación de Fútbol de Japón y en 1921, ésta creó la Copa del Emperador, la doméstica, que todos los 1 de enero consagra a su ganador. De a poco, una selección se armó y en 1923 disputó su primer partido oficial, de nuevo en esos Juegos orientales, el 23 de mayo, de nuevo perdiendo con Filipinas pero 2-1. En 1927 obtuvo sobre éstos su   primer triunfo 2-1 y en 1929 se afilió a la recién creada FIFA, logrando tomar parte en su primera competencia de fuste, los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, donde batió a la fuerte Suecia antes de ser  arrasado en cuartos de final por la Italia de Vittorio Pozzo, luego campeona. Pero la locura política de esa década lo llevó a la guerra con China y a la Segunda Guerra Mundial, por lo que en 1939 resolvió irse de la FIFA, adonde volvería en 1951 a la par de su reconstrucción tras su trágica derrota en el conflicto.

Un cierto amanecer surgió entonces, pero con algunas nubes. Ese 51 logró la medalla de bronce en los Juegos Asiáticos, en 1954 se afilió a la Confederación Asiática (AFC) y empezó a codearse con el mundo, jugando sus primeras eliminatorias para un Mundial en 1954 y 1962, en ambas derrotado por su vecino y archirrival Corea del Sur. En 1964 fue organizador de su primer evento deportivo importante, los Juegos Olímpicos en Tokio, y jugó pero fue dejado afuera por Checoslovaquia en cuartos. Al siguiente, en México 68, consiguió el primer gran resultado internacional al colgarse la medalla de bronce, luego de una gran campaña igualando con Brasil y España, eliminando a Francia y batiendo a México en el tercer puesto, con Kunishige Kamamoto goleador del torneo con 7 tantos y Sunichiro Okano como entrenador.

Sin embargo, ese suceso nipón no trajo popularidad futbolera en un pueblo más proclive al karate, judo o el deporte más gustoso, el béisbol. Tanto en las clasificatorias a Mundiales como en torneos regionales Japón no era potencia, sólo de relleno. Era más un lugar de vidriera y de negocios que otra cosa. En 1965 se creó la Japan Soccer League, antecesora de la actual J-League, donde los equipos representaban a empresas. Y en 1980 la Copa Intercontinental comenzó a definirse en el estadio Nacional de Tokio, el mismo que en 1979 vio a Diego Maradona brillar con el Juvenil campeón. Era la época de la Toyota Cup, la automotriz que le regalaba un auto al mejor jugador de la final.

Para arraigar el balompié en la gente, la JFA le dio impulso con la promoción de una manga (historieta) llamada Capitán Tsubasa, que prendió el interés y elevó la calidad de su nivel. De a poco los resultados fueron llegando: recién en 1988 debutó en la Copa Asia de Qatar, y en la siguiente, la organizó y la ganó , su primer título internacional. Fue el 8 de Noviembre de 1992 al vencer 1 a 0 a Arabia Saudita, defensora, con gol de Takagi a los 36 minutos. Esa vez en el estadio Big Arch de Hiroshima ante 60.000 personas, el equipo del holandés Hans Oof formó con Maekawa; Horiike, Hashiratani, Tsunami, Ihara, Fukuda,       el brasileño Ruy Ramos, Kitazawa, Yoshida (Katsuya 86′), el gran Kazuyoshi Miura y Takagi.

Ese 92 fue un gran año para el país del sol naciente, que enfrentó al a Argentina de Alfio Basile en la Copa Kirin (0-1) y que fundó la J-League, comenzando la era profesional. El 15 de mayo de 1993 empezó el nuevo campeonato que consagró al Verdy Kawasaki, y donde glorias como Ramón Díaz, Zico, Pierre Littbarski, Careca o Gary Lineker tomaron parte. Además fue anfitrión del Mundial Sub 17 obtenido por Nigeria en septiembre. Con este impulso, la selección creció y llegó al último partido de clasificación al Mundial de Estados Unidos 94 con la gran chance de ganarse un lugar. Ese 28 de octubre en Doha, Qatar, lo iba logrando con su 2-1 a Irak, hasta que a los 90 minutos una pelota perdida por Ramos generó un córner y el gol de Salman, el 2-2 y la increíble eliminación por diferencia de gol con Corea del Sur.

La «agonía de Doha», como los japoneses llamaron a esa derrota, fue sin embargo la piedra de un ascenso cada vez más marcado. En 1995 disputó la primera Copa Confederaciones con dos derrotas, pero en 1997 consiguió la revancha esperada y el 16 de Noviembre, en desempate con Irán, ganó 3 a 2 en gol de oro de Okano a los 119 minutos y llegó al fin al Mundial de Francia. Los héroes de Takeshi Okada en Kuala Lumpur, Malasia, fueron Kawaguchi, Narahashi, Soma, Ihara, Yamaguchi, Akita, Hidetoshi Nakata, Kitazawa (Okano 91′), Nanami, Nakayama (Jo 62′) y Kazuyoshi Miura (Wagner Lopes 62′). Así debutó en Toulouse el 14 de junio de 1998 contra la Argentina de Daniel Passarella, que lo venció 1-0, y luego caería 0-1 con Croacia y 1-2 con Jamaica, yéndose en la posición 31 de 32 participantes.

Pero de allí en adelante, todo fue progreso y protagonismo en la vida de Japón. En 1999, el Sub 20 arribó a su primera final mundial en Nigeria, cayendo con la España de Xavi. Ese año fue invitado a la Copa América de Paraguay, ganó tres Copas de Asia más (2000, 2004 y 2011), fue segundo de Francia en la Confederaciones de 2001 y jugó todos los Mundiales, incluido el que hospedó en 2002 con Corea del Sur, aunque sin mucho éxito. Obtuvo los Juegos Asiáticos de 2010 y la Copa del Este de Asia en 2013, en 2011 se atrevió a vencer a Argentina y fue hogar del nuevo Mundial de Clubes que reemplazó a la intercontinental a partir de 2005, donde en 2016 el Kashima Antlers, el más campeón de la J-League, perdió la final en alargue con Real Madrid. Y hasta un japonés, Naogiro Takahara, militó en Boca en 2001  y 2002, por lo que sus encuentros eran televisados en directo para su país, parte de la política de promoción del club por el entonces presidente xeneize Mauricio Macri.

No sólo los hombres son protagonistas en el fútbol. Mucho más las mujeres, que desde la creación de la Nadeshiko League en 1989 son potencia y referente en Asia y el mundo. La selección fue campeona en el Mundial de China 2011y segunda en Canadá 2015, y ganó dos Copas de Asia en 2014 y 2018, además de una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Y las chicas no se quedan atrás: la Sub 17 ganó el Mundial en 2014 y la Sub 20 el suyo en 2018.

Volviendo a los hombres, los «samurais azules», como fueron apodados desde 2006 por su gente en una encuesta, son actuales subcampeones asiáticos, final que perdieron con el fabuloso Qatar en 2019, y llevan puntaje perfecto rumbo al a Copa del Mundo qatarí en 2022, con ventaja en el Grupo F sobre Kirguistán y Tayikistán. En hombres, en mujeres, en futsal o en fútbol playa, éstos desarrollados, Japón ha dejado de ser un lugar de empresas y de color con las bocinas de la Intercontinental. Ahora es la avanzada de Oriente. Y pide paso entre los más grandes.

Así fue Japón a su primer Mundial en gol de oro con Irán:

Diego Martín Yamus.
diegoanita@hotmail.com.ar

@lostribuneros

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