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Los brasileños salieron con los tapones de punta en el Sudamericano Sub 20 y terminaron «con la colita entre las patas».
«Con bombos y gomas quemadas» Brasil salió a acusar al seleccionado uruguayo por supuesto racismo; el jugador Guilherme había denunciado que el oriental Facundo Castro, durante el juego entre ambas selecciones en el Centenario de Montevideo, lo había llamado «macaco» y esto, arengado por poderosos medios brasileños, tomó la fuerza de un tren bala.
Los directivos de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) le pidieron a sus colegas de la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol) que no hagan una tormenta de algo improbable, pero éstos, creyendo que tenían la sartén por el mango, fueron al frente y a punto de presentar la denuncia estuvieron.
En contrapartida, los orientales, sin hacer alharacas, les presentaron una contradenuncia plagada de fundamentos que podría acabar en una dura sanción para Brasil.
Los jugadores del conjunto verdeamarelo tienen el récord de amonestaciones; tuvieron una expulsión e, incluso, uno de sus jugadores cometió una falta desleal contra un jugador celeste que a punto de arruinarle la carrera estuvo. El jugador en cuestión podría ser sancionado de oficio; el técnico de Brasil, Alexandre Gallo, por ejemplo, estuvo se marchó expulsado y se negó abandonar el campo. Otro agravante; a la hora de posar para la foto, los brasileños expulsaron a la mascota oficial del certamen.
Brasil, al ver estos argumentos no dudó un segundo en quitar la denuncia.
Foto: EFE
@lostribuneros
